Una planificación centrada en la persona, basada en el modelo de calidad de vida, la escala de intensidad de apoyos y la atención individualizada, generaliza la participación de las personas con discapacidad intelectual y las familias

Después de evaluar los puntos fuertes y las áreas de mejora de nuestro Plan Personalizado de Apoyos, hemos revisado su sistema de elaboración para generalizar la participación de las personas con discapacidad intelectual y las familias en el proceso, revisar la participación de profesionales, enfatizar la relevancia del Plan de Apoyo Individual y mejorar su sistema de seguimiento y evaluación.

Para ello, se ha abierto un proceso basado en el modelo de calidad de vida, la escala de intensidad de apoyos, la planificación centrada en la persona y los apoyos individualizados. El resultado es un Plan Centrado en la Persona (PCP) que se inicia con un plan individual de una vigencia máxima de cuatro años, que establece objetivos tras identificar las experiencias y metas vitales deseables de cada persona y sus necesidades de apoyo, y se revisa siempre que haya cambios significativos en la persona o el entorno.

Anualmente, se desarrolla un plan de apoyo individualizado basado en los objetivos planteados, que se comparte con la persona y su familia, se pone en marcha, se revisa y se evalúa. En el proceso, participa la persona usuaria, la familia y todas las categorías profesionales implicadas en prestar apoyos.